El domingo pasado mi novio y yo fuimos al Tamayo a ver la expo de Nan Goldin.
Grave error. Era el último día de la expo y estaba llenísimo. Al formarnos ya se nos habían quitado las ganas de nuestra visita dominical. Había mucho sol, estuvimos media hora en la fila para entrar. Moríamos de hambre, compramos una bolsita de mango y tuna. Mmmm, esa botana nos revivió. Guardé la bolsita con mango y tuna en mi bolsa.
Finalmente entramos al museo junto con otras personas que estaban desesperadas por ver la expo de los payasos.
Empezamos por ver la exposición de Julio Galán, me parecieron lindos algunos cuadros, no lo conocía. Fue un pintor de los años 80s.
Lo más lindo fueron las fotos que le tomó Graciela Iturbide, gran fotógrafa mexicana.
Vimos una fila en medio de la expo de Julio Galán, nos formamos sin estar completamente seguros de que esa era la fila para Nan Goldin.
Se sintió como una fila eterna, estuvimos ahí como por cuarenta minutos.
Gracias al cielo entramos a la primera parte de la expo, donde proyectaban fotos de Nan Goldin.
En la primera proyección se ven las fotos más recientes que ha tomado, creo que esta se llama Memory Lost. La música de esta primera parte me pareció hermosa y muy emotiva. Se podían escuchar algunas llamadas entre Nan Goldin y amigos.
En el segundo cuarto vimos fotos que le tomó a sus amigos del mundo drag de los setentas y ochentas.
Nunca había visto una expo de ella, sus fotos análogas son mis favoritas. Me encanta cómo expresa de manera tan cruda las vidas de los demás, sin que sean fotos posadas.
Desafortunadamente una señora del museo interrumpió la última proyección, prendiendo las luces, diciendo que el museo ya iba a cerrar. No nos quisimos ir aunque nos estaban corriendo.
Sentí que algo se estaba mojando en mi bolsa, era el manguito que nos sobró del principio.
Así terminó la visita al Tamayo en domingo.
-Ana




