Últimamente hemos visto un crecimiento exponencial en la rama de la inteligencia artificial y este crecimiento se ha expandido a muchas áreas artísticas. La inteligencia artificial ya no sólo es computación y matemáticas, ahora se puede utilizar también en el proceso creativo.
No es solamente utilizada como una manera de reemplazar al creador, funciona como herramienta de la mano de un especialista. Esta tecnología en el mundo del audio es utilizada para la limpieza de audio. Funciona por medio de un software donde seleccionas las frecuencias que necesitas eliminar o reemplazar, haciendo que el audio suene limpio y como si no hubiera tenido tratamiento. Este es un ejemplo de la tecnología utilizada como herramienta, pero existen otros métodos que pueden parecer reemplazos de seres humanos artistas.
En los últimos meses hemos visto varios programas que, junto con los avances de ésta tecnología crean arte. Por ejemplo, Dall-E, aunque esté aún en sus primeras etapas puede crear imágenes a partir de lo que le decimos, sin necesidad de tomar la fotografía o dibujarla. Por otro lado, Adobe sacó un programa llamado Project Shasta el cual “limpia” tu audio pero realmente lo reemplaza con una voz generada por inteligencia artificial. También existe el problema de los deepfakes que son imágenes manipuladas en donde se pueden reemplazar caras, haciendo que otros actores puedan actuar para ti.
Y, ¿qué significa todo esto? ¿Es el fin de los creativos?
A mi parecer siempre tiene que haber un artista de la mano de la tecnología para que se cree el arte. Al final del día alguien operará el programa y sí, puede que nos simplifique muchos aspectos técnicos, pero el aspecto creativo es lo que lleva el arte al corazón.
-Fede
